Silvia recibe en su hogar a 14 niños y niñas con VIH y en estado de abandono, y les da la contención necesaria para su desarrollo. Junto con el diagnóstico y el tratamiento, los chicos también vuelven a la escuela. Poco a poco, se busca la revinculación con familiares o la búsqueda de padres que quieran y puedan adoptarlos. Mientras tanto, unas 12 familias se ocupan de retirar a los chicos los fines de semana para que vivan experiencia de vínculos hogareños al menos por unos días.
Silvia y su familia fueron los primeros en Argentina en adoptar a un niño con VIH: Emanuel, al que llamaban ‘‘Manu‘‘. Luego de su fallecimiento a causa de la enfermedad, Silvia eligió dedicar el resto de sus días a mejorar la calidad de vida de los niños afectados por este virus y que no cuentan con el apoyo de una familia.
Desde su creación en 2002, Casa MANU (Mucho Amor Nos Une) ha albergado a 47 niños y niñas, logrando en todos los casos que sean indetectables para VIH. Cinco niños pudieron revincularse con su familia y otros 15 fueron felizmente recibidos por familias que eligieron adoptarlos. Todos pudieron conocer lo que significa ser valorados, queridos, continuando su educación formal y reconciliándose con su proyecto de vida.
Hace dos años, Silvia dejó su voluntariado en la Cruz Roja para aumentar su dedicación a Casa MANU, que hoy es de tiempo completo: “Buscamos atender todas sus necesidades y alcanzar la real inclusión social”.