Comedor y Centro Integral de Desarrollo
Nidia abre las puertas de su casa, convertida en hogar y centro comunitario, a niños y adultos en situación de riesgo. Diariamente ofrece 600 platos de comida en seis turnos y, mensualmente, reparte bolsones de comida para cientos de familias. La acompañan 30 voluntarios y profesionales pagos. Brinda, también, becas para estudiantes, apoyo escolar, talleres de oficios con salida laboral (panadería, mimbrería, tejido) y talleres de valores éticos.
La complejidad de la pobreza demanda profesionalización para responder con seriedad. Junto a los 30 voluntarios, Nidia se apoya en un equipo de especialistas rentados: cocineros, panaderos, lavanderos, docentes de apoyo escolar, psicólogos, fonoaudiólogos y psicopedagogos.
Con el comedor y el seguimiento integral de los chicos reduce la deserción escolar, mejora la salud y su inserción en la sociedad. Además, Brazos Abiertos entrega cajas de leche a 140 familias una vez por mes, distribuye 60 bolsas de mercadería por mes a 25 familias derivadas por el municipio, sirve todos los días 600 viandas de almuerzo, 145 desayunos, 70 alimentos de media mañana, 60 de media tarde, 60 meriendas, 60 cenas. Más de 900 personas son beneficiadas de distintas maneras.
Ella sabe que quienes llegan al hogar padecen necesidades materiales, pero también buscan afecto, contención y algo de esperanza para repensar el futuro: “Busco tener una conciencia filosófica de lo que es la vida; es decir, trabajar para movilizar a la gente hacia su superación personal”.