Desde que Asunción se jubiló como enfermera-obstetra, atiende gratuitamente en su casa a los 100 vecinos de la zona rural donde vive. Es un contexto de difícil accesibilidad y en el que las urgencias son habituales, dada la naturaleza del trabajo en el campo. Sus tareas son dar inyecciones, hacer curaciones, suturar heridas, tomar la presión, entre otras.
Décadas atrás, cuando conoció las dificultades de acceso a la salud en las regiones rurales, asunción eligió ejercer su profesión de enfermera obstetra en ese tipo de destinos. Una vez jubilada, no concibió dejar de hacer aquello para lo que había nacido: sanar heridas.
Ella representa la garantía de que ante cualquier urgencia hay siempre una primera atención cerca. En una localidad lejana del sistema de salud, los vecinos saben que no hay límites de horario para las agujas y las vendas de Asunción. Su tarea, así, se convierte en un nexo valioso con los centros de salud. Como ya recibieron atención primaria en casa de Asunción, los pacientes pueden llegar a los alejados centros con mayor tranquilidad.
“Con vocación, ayudo a mi comunidad; ante la necesidad y urgencia de primeros auxilios, cuentan conmigo”.
